Mariano Ferrero fue elegido hace más de un mes como el entrenador de All Boys de Santa Rosa. El 13 de marzo, la dirigencia anunció que habían llegado a un acuerdo para que el ex DT de All Boys de Floresta se hiciera cargo del equipo en reemplazo de Cristian Savarese.
El entrenador capitalino, con experiencia en la Primera División de AFA, era el apuntado para llevar adelante la difícil misión de levantar a un golpeado Auriazul, que había quedado recientemente eliminado del Torneo Regional Amateur y debía afrontar la Liga Cultural de fútbol con el objetivo de revalidar el título conseguido en los últimos cinco años.
El golpe de escena que All Boys necesitaba ya estaba dado. Llegaba un DT ‘foráneo’, con un interesante proyecto para las divisiones inferiores y con el entusiasmo de ver un gran potencial en el equipo más ganador de la historia culturalista.
Pero la pandemia de coronavirus le puso un freno a la movida. A los pocos días del anuncio, mientras Ferrero esperaba que los dirigentes le avisaran cuándo se reanudaba el fútbol para viajar a Santa Rosa y presentarse ante su nuevo plantel, la pelota se paró por tiempo indeterminado a causa del aislamiento social, preventivo y obligatorio que aún hoy rige en todo el país. La llegada del DT quedó en ‘stand by’.
Un grande.
«Con la gente de All Boys nos comunicamos por teléfono, un día viajé a Santa Rosa y tuvimos una reunión muy linda con unos cuantos dirigentes. Hablamos de fútbol, de proyectos», señaló Ferrero al repasar su primer contacto con la institución santarroseña. «Yo sentí que lo que quieren como club yo se los puedo dar; entonces fue una reunión muy positiva. Y a los días me dijeron que iba ser el entrenador», agregó el entrenador de 47 años.
«Ahora estamos esperando que pase todo esto, está todo en stand by. Hay que ver cuándo se reanuda; hay que ver un montón de cosas, cómo sigue el club, cómo se rearma después de todo esto…», explicó el DT, de reciente paso por Villa Mengelle de Jacinto Arauz.
En ese contexto, aseguró que está trabajando a la distancia y en contacto con el preparador físico Lucas Ranocchia y el entrenador de arqueros Luciano Roo, quienes están tratando de mantener activo al plantel. «Lucas le está pasando trabajo a los muchachos para que estén en actividad, y con los dirigentes también estoy en contacto permanente. Tengo ansiedad y muchas ganas de trabajar en All Boys porque es uno de los clubes más grandes de La Pampa; es un desafío muy lindo, una responsabilidad muy grande… Pero bueno, habrá que esperar que pase el tiempo y que se reanude todo esto, hay que tomarlo con tranquilidad», manifestó.
Además, Ferrero confió que lo iba a acompañar como ayudante de campo Cristian Cardozo, un ex futbolista de Jacinto Arauz con el que tomó contacto en su paso por Villa Mengelle. «Es un tipo bastante formado, que le gusta mucho la parte de táctica. Estando en Arauz hablamos mucho; creo que me puede dar una mano grande», explicó.
La carrera.
La vida futbolística de Ferrero está estrechamente vinculada con All Boys de Floresta, el club en el que hizo las inferiores como jugador y en el que se formó como entrenador. Con los cortos también pasó por Lamadrid y por el fútbol marplatense (su familia se mudó por cuestiones laborales), aunque nunca llegó a jugar profesionalmente.
Con el buzo de DT otra vez All Boys fue su escuela. Luego de recibirse en 2004, en la institución de Floresta dirigió inferiores, Reserva, fue coordinador del fútbol juvenil y comandó tres interinatos en Primera División, sucediendo a Julio Falcioni, Angel Bernuncio y a Ignacio «Nacho» González. «El último, en el año 2018, fue el más largo; estuve 15 partidos con el primer equipo», recordó Ferrero, que el año pasado recaló en Villa Mengelle para dirigir al equipo de Jacinto Arauz en el Torneo Provincial.
Muy capacitados.
«A lo largo de la carrera tuve la suerte de compartir experiencias con muchos entrenadores. El primero fue José ‘Pepe’ Romero, que es un histórico de All Boys y con el que trabajamos mucho tiempo juntos. Después tengo relación con Caruso Lombardi, soy amigo de Darío Forestello y de un montón de entrenadores como Nacho González, el Negro Ricardo Rodríguez y otros…», repasó.
Y en ese sentido también destacó la relación que pudo mantener en este tiempo con muchos entrenadores pampeanos, a los que calificó como «muy capacitados» y con potencial para llevar el fútbol de la provincia mucho más arriba.
«Hicimos una relación con el Tuco (Edgardo) Leguizamón. Nos hablamos permanentemente, me parece un entrenador con mucha capacidad; la estadística y su carrera lo dicen. Hay muchos entrenadores respetables en La Pampa. En el Provincial que me tocó dirigir vi a muchos equipos muy bien tácticamente y ordenados, con entrenadores muy capacitados. Tenemos al entrenador de Ferro de Pico (Mauricio Giganti), que su trayectoria habla, y también tengo contacto y hablo con el Goma (Enzo) Farías, entrenador de Atlético Santa Rosa. La verdad es que en La Pampa hay mucha capacidad», sentenció.
– ¿Qué le puede aportar Ferrero a All Boys y al fútbol pampeano?
– Le puedo aportar los conocimientos, la experiencia, el profesionalismo… Me gustaría que La Pampa crezca, que alguno de los equipos de La Pampa se meta en el Nacional B. Entonces lo que voy a aportar de mi parte es todo el conocimiento, la experiencia y el trabajo para hacerlo crecer al jugador. Desde mi humilde óptica, creo que va todo de la mano: a medida que va creciendo el jugador y la institución, el fútbol pampeano también va ir dando un paso para adelante.
Conciencia y paciencia.
Mariano Ferrero cumple con el aislamiento social, preventivo y obligatorio en su casa de Floresta, en Capital Federal, y espera con ansiedad que se reanude la actividad para ponerse por primera vez el buzo de DT de All Boys y así volver a trabajar.
«Es un momento en el que hay que tener mucha paciencia y hay que seguir los consejos de los especialistas. Se nos complica mucho a los que vivimos prácticamente en el día a día, pero hay que seguir así y respetando la cuarentena, porque es la única forma de combatir esta epidemia», comentó el entrenador de 47 y padre de dos hijos: Lucila (21 años) y Sebastián (11).
«En mi barrio es muy bajo el índice de infectados, la gente hace bastante caso y los únicos que se ven en la calle son los que van a comprar algo. Me parece que la gente tomo bastante conciencia de esto», señaló.
Y en el mismo sentido instó a seguir por la misma senda: «Que la gente se cuide mucho, porque escuchando a especialistas te das cuenta que esto no es un chiste. Ya habrá tiempo para que otra vez podamos salir y abrazar a los seres queridos. En mi caso tengo una ansiedad terrible para volver a trabajar y más en All Boys. Hay que tener paciencia».
Ferrero no pudo asumir en All Boys a causa de la pandemia y por lo tanto su llegada quedó en una espera indeterminada, hasta tanto se reanude la actividad. En ese contexto, desde la dirigencia del Auriazul explicaron que se trata de «un técnico en stand by», con el que esperan juntarse y replantear «un montón» de cosas, como el mismo DT manifestó. «Apuntamos a un técnico de Primera con una fuerte presencia en divisiones inferiores», explicó el dirigente José Luis Moslares, quien confió que en los primeros días sin fútbol (aún sin cuarentena) Ferrero quería viajar para «ir conociendo los planteles», pero luego el aislamiento obligatorio le impidió dar ese primer paso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario