23 de agosto de 2010

" Y encima de todo, apareció All Boys"

Desde el inicio mismo del Apertura, está sobre la mesa de debate la importancia que tiene contar con un equipo consolidado como tal, para hacer diferencias con el resto. Los nombres de Vélez y Estudiantes de La Plata son los primeros en sobresalir como ejemplos de esta especie, terciando Banfield. Estos, a despecho de varias figuras que ya no cuentan, y con algunos nuevos, pero dirigidos por entrenadores con continuidad y que saben bajar rápido y fácil su mensaje para una mejor comprensión y asimilación, sostienen su protagonismo. Siguen siendo competentes, idóneos. Imponen respeto y hasta temor enfrentarlos. Ganen o no. River mismo, con sus nuevas necesidades a cuestas, se perfila para incorporarse a ese reducido grupo de conjuntos aceitados, que transfieren al campo de juego la idea de su técnico. La tabla, en estas primeras tres fechas, prematuro panorama todavía pero real al fin, no miente: Vélez y River, 9 puntos; Estudiantes y Banfield, 7. El resto, atrás. En este contexto, con el aporte adicional de un River apabullando técnica y tácticamente a un nuevamente empobrecido Independiente, pensando en el título como única premisa para dejar de estar abajo en la otra tabla, la de los promedios, aparece All Boys como excepción dentro de aquellos equipos que necesitan armarse y que supuestamente buscan superar del modo menos traumático posible su adaptación -característica que vale para los clubes ascendidos y para otros como Huracán y el mismísimo último campeón, Argentinos Juniors. Y aparece nada menos que para poner en evidencia lo bajo que se encuentra la versión Borghi de Boca, minimizada a una ínfima expresión. Para regocijo de una hinchada que, amén de una inevitable renovación generacional, esperó demasiados años para ver a un equipo suyo en Primera y disfrutar de un momento único como el que vivieron ayer fuera de Floresta. ¿Es sorprendente lo de All Boys? ¿Es casual que haya roto con las reglas de la lógica y que se haya transformado repentinamente en un gigante en comparación con Boca? No, no es sorprendente. Porque, ejercitando la memoria reciente, con la base actual ganó brillantemente la Promoción mandando al descenso a Rosario Central, cuando nadie creía en sus chances. No es sorprendente porque se reforzó bien y, sobre todo, cuenta con la continuidad de un entrenador que no es tonto, que le gusta el buen juego pero sin caer en ingenuidades tácticas y al que le gusta arriesgar. Pepe Romero lo había anticipado a mediados de semana: “Salir de nuestra cancha no nos favorece, pero no vamos a resignar la intención de atacarlo a Boca, manteniendo un orden...” Toda una línea editorial la del técnico de All Boys. Y así jugó y ganó hasta por momentos floreándose All Boys a Boca. La adaptación a Primera proviniendo del ascenso parece cumplirla prontamente, tal vez más que otros... En el campeonato donde es regla que los equipos armados corran con ventaja, ya existe al menos una excepción. Actitud, ganas, intención y agallas para ir a ganar, son factores en común. All Boys, su propietario.

Fuente: Diario Popular
Autor: ALBERTO CALLEGARI

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