13 de agosto de 2008

RENUNCIO CASTRILLI



RENUNCIO EL SHERIFF


mientras muchas personas son víctimas de los hechos de violencia en los estadios, él brinda su explicación sobre las jugadas polémicas que suceden en los partidos.

Por desacuerdo con la politica de seguridad adoptada por el Ministerio de Segurida a cargo de Anibal Fernandez.
Insiste ne la necesidad de que la canchas tengan un noventa por ciento de espectadores sentados.Los clubes y el Ministro decidieron lo contrario en reunion realizada el 3o de julio,habria prorroga hasta 2009
Juan Carlos Blanco ,Director de Seguridad DEPORTIVA DE DEPORTES,SERIA REEMPLAZANTE DEL RENUNCIANTE SHERIFF.
ECO POLITICO DE LA RENUNCIA
Pablo Failde (diputado porteño del Frente para la Victoria): "Su honestidad, de la cual no dudo, quedó sepultada por su inoperancia e ineficiencia en la gestión. Castrilli no supo, no quiso y no pudo resolver el problema de la seguridad en el fútbol. Se dedicó más a hacer periodismo deportivo que a trabajar en la prevención de los delitos en las canchas"
Consultado al respecto, Aníbal Fernández expresó que "las órdenes las doy yo y si las decisiones se toman en otros ámbitos y él no está de acuerdo, tiene que tomar la decisión que tomó". Al tiempo que respaldó la gestión del ex árbitro: "Si yo no estoy conforme con las tareas que él lleva a la práctica, él no estaría acá".
El ministro se mostró sorprendido por la renuncia de Castrilli. "Hace cinco años que él propuso lo de las butacas. No sé por qué este año él estaba decidido a que tuviera que cumplirse".
LAS BUTACAS

"Hasta en Alemania, en los estadios más modernos del mundo (el de Hamburgo, por ejemplo), hay un sector donde las butacas se retraen y quedan los escalones para la popular - decía - Me cuesta imaginar en la Argentina a todos sentados, y no lo digo con ese tonto orgullo de boca ladeada, “papá, acá el fulbo lo vivimo’ de otra manera, lo vivimo’”. Creo que el folklore del fútbol argentino desafina más de lo aceptable. Y que, detrás de ciertas poses, escondemos intolerancias estúpidas. Ya ni pregunto por qué no se puede gritar un gol del equipo propio a tres metros de un hincha rival. Pregunto por qué ni siquiera pueden cruzarse en la calle, camino a la cancha. Eso no es folklore ni pasión; es intolerancia y estupidez"nota completa en


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